JUAN CASIANO: “CONFERENCIAS” (Conferencia VII, capítulos 14-20)
Capítulo 14. Objeción: ¿en qué grado se debe considerar que los demonios. pueden conocer los pensamientos de los seres humanos?
Capítulo 14. Objeción: ¿en qué grado se debe considerar que los demonios. pueden conocer los pensamientos de los seres humanos?
Capítulo 9. Pregunta sobre la relación entre el alma y los demonios
Capítulo 5. Sobre la perfección del alma considerada en comparación al centurión del Evangelio (cf. Mt 8,9)
“La reivindicación de la libertad humana culmina en una bella imagen: al igual que el centurión del Evangelio se hacía obedecer por sus soldados y por su servidor, del mismo modo el espíritu perfecto comanda sus pensamientos, buenos o malos, como así también a su cuerpo”[1].
Capítulo 3. Nuestra respuesta sobre la volubilidad del alma
De forma conjunta Germán y Casiano presentan sus dificultades para dominar la divagación de su pensamiento. Este obstáculo los aleja permanentemente del temor de Dios y de la contemplación espiritual. Así, desanimados, piensan que la naturaleza humana misma está viciada en su raíz misma.
Conferencia séptima: con abba Sereno. Sobre la movilidad del alma
y los espíritus malignos[1]
Capítulos:
1. Sobre la castidad de Sereno.
2. Pregunta del mencionado anciano sobre el estado de nuestros pensamientos.
3. Nuestra respuesta sobre la volubilidad del alma.
Capítulo 13. Pregunta: ¿si puede nuestra mente mantenerse continuamente en un único e igual estado?
Germán: “¿Puede nuestra mente conservar de forma constante un estado y permanecer siempre en la misma condición?”.
Capítulo 14. Respuesta a la proposición del interrogante
Capítulo 11. Sobre los dos géneros de tentaciones que se presentan de un triple modo
Capítulo 7. Pregunta sobre si es reo de culpa quien dio muerte al justo, y cuándo tendrá el justo la recompensa por su muerte
7. Germán: “Por consiguiente, si el justo que es asesinado no solo nada malo padece, sino que incluso recibe una recompensa por su sufrimiento, ¿cómo puede ser acusado el asesino, que no le hizo daño con la muerte, sino que lo benefició?”.
Capítulo 8. Respuesta a la pregunta precedente
Capítulo 5. Objeción: ¿de qué modo se dice que Dios mismo crea los males?
5. Germán: «Con frecuencia leemos en las Escrituras Santas que Dios ha creado el mal y lo ha entregado a los hombres, según aquel pasaje [que dice]: “No hay Dios fuera de mí; y soy el Señor y no hay otro; yo formo la luz y creo las tinieblas, yo hago la paz y creo el mal” (Is 45,6-7). Y también: “¿Hay algún mal en la ciudad que el Señor no lo haya hecho?” (Am 3,6)».
Capítulo 3. Sobre las tres [categorías] de cosas que hay en el mundo, es decir: las buenas, las malas y las indiferentes